sábado, 5 de julio de 2008

MAURICIO VARGAS


EL PRIMER INTÉRPRETE DE LA HISTORIA. MAURICIO VARGAS



Por Diego Leonardo González Rodriguez


¿Cómo distinguir una buena historia de una bien escrita?

Mauricio Vargas.: Tener una buena historia es apenas el principio de escribir una buena historia. Es más probable que alguien escriba una magnifica crónica que tener garantizado lo contrario. El que sabe escribir una sobresaliente reseña logra hacerlo sobre una mosca que vuela y se estrella contra el vidrio de una ventana, si es un buen escritor puede escribir un excepcional relato con eso.

Si es un mal escritor puede tener la crónica de su vida, puede estar ante la existencia de Jesucristo y la deja pasar o la desperdicia porque en últimas lo que el escritor debe entender es que su papel no es el de un simple narrador, es inevitablemente la persona que tiene la responsabilidad de ser el primer interprete de la historia de alguna manera el primero que la modifica y cuando digo modifica no me refiero a mentir, ni a torcer los hechos, no, a darle una primera forma que pasa de la realidad a la narración.

¿Se ficciona parte de la historia introduciendo literatura?

M.V.: Hay gran diferencia entre ficcionar e introducir literatura.

“Ficcionar” es meter elementos de ficción es decir componentes ficticios; se explica como elementos que no son reales, eso en el periodismo a mi no me parece legitimo.

Lo literario es distinto, porque hay literatura de ficción lo que quiere decir que hay una que no lo es. Yo creo que la literatura de no ficción es la crónica, el reportaje, puede llegar a ser literatura, yo creo totalmente legitimo en el periodismo integrar ingredientes literarios, me parece fundamental, esencial. Es muy peligroso introducir elementos de ficción.

¿Cuál es la estructura de la crónica?

M.V.: Como director de Semana y Cambio, defendí la tesis de que el país estaba urgido de interpretación y análisis de modo que la crónica por la crónica, la crónica pura ya no es suficiente y el modelo que impusimos es Semana en los años noventa y en Cambio en la primera década del milenio fue la crónica más análisis, creamos primero que todo narración, hechos, luego el esbozo de los elementos para formarse una opinión y tercero un análisis basado en esos elementos, no una opinión, la opinión va para el columnista; la cuarta parte de la crónica la debe hacer el lector de la crónica que es formarse su opinión.

La crónica pura sin análisis hoy creo que es insuficiente para lo que el público necesita para entender lo que pasa en Colombia.

En los veinte años como director de Semana y Cambio ¿Cual cree que es el error más recurrente de los estudiantes?

M.V.: Se brincan etapas, pensaría que la rigurosidad es hacer una carrera en la reportería pura, en la noticia pura y dura, en la noticia de lo básico, en la estructura original del lead y del reportaje, antes de empezar hacer crónica, hay que soltar mucho la pluma.

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la finalidad es poder decir con exactitud nuestras averiguaciones, manteniendo la sensibilidad de los sucesos.