sábado, 5 de julio de 2008

GERMÁN SANTAMARÍA

UN BUEN CRONISTA A VECES SE ENAMORA DE LOS PERDEDORES. GERMÁN SANTAMARÍA

Por Diego Leonardo González Rodriguez

¿Qué hace a un cronista ser especial?

Germán Santamaría.: Lo hacen dos características.

Primero, tener un tercer ojo: una persona que es capaz de ver la realidad en un hecho, un acontecimiento, en un personaje, cosas, expresiones, características que otras personas no ven e inclusive que los periodistas no ven.

Una sensibilidad especial ese tercer ojo para ver más allá de lo visible, ver lo invisible, lo que está oculto, lo que se acierta muy subjetivo muy sutil, lo no visible de manera elemental.

Segundo, la manera de narrar, relatar un hecho es un estilo, como pintar o hacer música, entonces el cronista tiene un estilo, una estructura, un estilo idiomático en el manejo del lenguaje, lo hace diferente. Dicen que el estilo es un hombre, en su definición más clásica, yo creo que: “El cronista es el estilo”. Si tiene un estilo literario de narrar de contar el hecho diferente, más un tercer ojo eso lo hace especial.

¿La inmediatez corrompe el oficio del cronista?

G.S.: Sí, entre más pasa el tiempo, los medios menos le dan a la crónica espacio, ahora los periódicos publican bocadillos comprimidos.

Los directores de los medios suponen que la gente no lee, que no quieren leer nada extenso, que quieren leer corto es una suposición y bajo ese esquema de que la gente no lee, eso no está comprobado, eso es lo que creen los dueños de los medios, entonces se ha debido a una inmediatez de comprimidos, de noticias superficiales, se le ha quitado a la crónica espacio y profundidad.

¿Cómo estructura usted las crónicas?

G.S.: En la leyenda griega del Minotauro en la isla de Creta lo que llamó el hilo de Ariadna, Teseo entra y sale del laberinto por medio de ese hilo.

Un acontecimiento es una madeja, es un nudo, si uno encuentra el hilo y lo va sacando lentamente, ahí se va narrando en lo particular por medio de lo cual se puede llegar a lo general.

Siempre he hablado del caso de cuando hay veinte mil muertos, no hay ningún muerto periodísticamente, porque veinte mil muertos son una masa, es una cifra, un número y si un periodista va a cubrir un hecho de veinte mil muertos lo que debe buscar es personajes individuales para darle rostro, personalidad e identidad a la tragedia.

¿Qué condiciones debe tener un buen cronista?

G.S.: Todos los temas son buenos, hay dos ejemplos muy precisos. Primero, el del periodista Gay Talese quien trabajaba en el New York Times y contaba que en el periódico cuando querían sacar a alguien lo mandaban hacer una crónica sobre el basurero de Nueva York y esa era la manera para decir “vaya escriba sobre la basura” hay que decir que Nueva York es una ciudad que produce millones de toneladas de desechos, él hizo un reportaje tan grande que gano el premio Pulitzer haciéndose famoso por ese trabajo fundamental.

Descubrió la dimensión de la basura: qué era lo que desechaba la gente en Nueva York, qué botaban los pobres y qué los ricos, cuánta gente vivía de la basura. Hizo una crónica tan humana, tan espectacular que convirtió un tema “despreciable” en un producto altamente literario y periodístico.

Segundo, me parece impresionante una crónica escrita por García Márquez en 1954 ó 1955 en El Espectador llamada “El cementerio de las cartas perdidas”

Un día que no tenía tema fue al Correo Nacional y pidió que le mostraran todas las cartas que no entregan, las que no llegan a sus destinatarios, él cuenta una historia hermosísima a través de las cartas perdidas, eso demuestra que prácticamente no hay tema malo, todos los temas son buenos desde que el periodista tenga un tercer ojo para mirar y un estilo para contar.

¿Qué artículos no se deben publicar en una crónica?

G.S.: Es muy difícil decir que no se podría publicar.

Creo que no se podrían divulgar temas que hagan apología al delito, artículos que enseñen a delinquir, esos son temas que no se deberían tratar.

¿Qué papel juega la literatura en el periodismo?

G.S.: El tema ha sido bastante debatido, me he preguntado siempre ¿El periodismo qué es? El periodismo es un problema de comunicación y la comunicación por lo menos en las revistas y periódicos se hace con palabras, con lenguaje, el lenguaje es el hombre es la inteligencia humana, la máxima experiencia que el hombre a contado a través de la literatura, es la que ha hecho la historia realmente profunda de la sociedad.

Si se quisiera saber como viven los rusos en sus familias, sus pasiones, sus odios, en sus miserias habría que leer a Tolstói y a Dostoyevski.

Si nos interesara averiguar como vivían las mujeres y los matrimonios de siglo XVIII o XIX en Francia leería Madame Bovary, porque los escritores han contado la historia social de la humanidad, la historia cotidiana y el periodismo de alguna manera también narra la historia.

Dentro de veinte o treinta años cuando la gente vaya, o algún historiador a saber lo que paso con los secuestrados que han liberado hoy, tendrán que remitirse a la televisión, la radio, los periódicos o revistas para contar.

La historia cotidiana de los hechos está contada con palabras y yo creo que la literatura lo que inventó fue una estructura técnica para contar dentro del periodismo; la parte técnica, los mecanismos, la forma, la manera de ir develando los hechos, de ir narrando, ir sacando de acuerdo a la importancia de los personajes es algo que de alguna manera se puede complementar, en ese sentido a veces creo que hay reportajes y crónicas que pueden ser hermosos, bellos en su estética, es decir: son bonitos, se pueden defender en el futuro por su estructura, su belleza, por su buena manera de contar, por la cualidad técnica como se detalló, ahí es donde se emparenta la literatura y en específico la crónica.

¿La crónica como retrato social permite la recuperación de la memoria histórica de un pueblo?

G.S.: Es un poco ambicioso y demasiada responsabilidad que rescate; pero ayuda a rescatar, contribuye a rescatar; por ejemplo como las crónicas de Jhon Reed sobre la revolución mexicana es una cosa maravillosa, las crónicas de Luis Tejada o de Jorge Maria Osorio Lizarazo quienes contaron la historia de Bogotá en el siglo XIX, creo que la crónica no es la única manera pero si contribuye a contar la memoria social de un país.

¿Qué es ser cronista?

G.S.: Es una persona enamorada a veces de las causas perdidas ¿En que medida?, un buen cronista a veces se enamora de los perdedores, de los derrotados, de los que no tienen voz, de los anónimos, porque ahí están los personajes.
Un periodista va detrás del presidente, del ministro, del general, en busca de lo que dijo, lo que informó, donde viajó, un buen cronista va en busca de los que no son famosos, los cosecheros, los ambulantes, las prostitutas, los atracadores, los obreros, la gente buena o mala con una vida con una historia y a veces gente derrotada, gente perdida, gente sin voz o también personajes conocidos pero en la parte secreta, en lo que no quieren contar, porque el periodista normal cuenta lo que el personaje quiere contar lo que le interesa que se conozca, el cronista hace lo contrario.

1 comentario:

André dijo...

Este hijueputa y columnista miserable (Germán Santamaría), se refiere -en uno de sus intentos argumentativos- al Maestro Fernando Vallejo como "un maricón escandaloso"; debe ser que este mequetrefe siendo tan feo nunca ha corrido peligro de maricas. Además, profiere que la película "la virgen de los sicarios" es "inmensamente provocadora e igualmente ofensiva", ha intentado rebuznar el asno y se le cayó la flauta ¿Quién le dijo a este desgraciado que las ficciones literarias son provocaciones? y ¿Qué tanto puede saber un "hombrecito" de estos sobre literatura para mezclar el pensamiento del narrador con el del escritor? El mensaje que refleja el esteticismo de la obra debería llegar a manera de ensayo: no sólo hay que matar a los presidentes bellacos, sino a los columnistas miserables que cargan en los calzoncillos.

La vida de un Cascarrabias

Mi foto
la finalidad es poder decir con exactitud nuestras averiguaciones, manteniendo la sensibilidad de los sucesos.