miércoles, 22 de octubre de 2008

Resistencia de los tabúes


En el "vientre blandengue" de la clasificación se encuentran también países que oscilan entre represión y liberalización, donde los tabúes continúan siendo inviolables o existen leyes de prensa que pertenecen a otros tiempos. Así por ejemplo en Gabón (110), Camerún (129), Marruecos (122), Omán (123), Camboya (126), Jordania (128) o Malasia (132), está absolutamente prohibido hablar de la persona presidencial o real, su entorno y sus eventuales infamias. Legislaciones liberticidas en Senegal (86) o Argelia (121) envían frecuentemente a periodistas a la cárcel, violando las normas democráticas recomendadas por la ONU.

También la represión de Internet es un factor revelador de esos tenaces tabúes. En Egipto(146), unas manifestaciones convocadas desde Internet agitaron la capital e inquietaron al gobierno, que ahora considera que cada internauta es un peligro potencial para el país. El uso del filtrado cada año es mayor, y los Estados más represivos no dudan en encarcelar a los bloggers. Si China continua encabezando el palmarés de los "agujeros negros de la Web", con un considerable despliegue de medios técnicos para controlar a los internautas, Siria (159) se ha convertido en campeona regional de la ciberrepresión. Allí la vigilancia es tan intensa que tras publicar la menor crítica, la detención es solo cuestión de tiempo.
Tan solo unos pocos países han hecho progresos. Así, Líbano (66) se ha hecho con un puesto lógico tras el fin de los atentados de los últimos años, dirigidos a periodistas influyentes; mientras que Haití (73) continúa su lenta remontada, lo mismo que Argentina (68) y las Maldivas (104). En cambio, se ha atascado la transición democrática en Mauritania (105), impidiendo que el país continúe su progreso. Mientras que en Tchad (133) y Sudán (135), los escasos logros de los últimos años se han visto barridos por la instauración, de un día para otro, de la censura.

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