¿Están los medios de comunicación a la altura del posconflicto?

“Los medios de comunicación no han entendido el conflicto colombiano como un proceso, por eso cubren temas de posconflicto desde el conflicto”. Con estas palabras Álvaro Sierra concluía el curso on-line “Cubrimiento de conflictos armados” organizado por Consejo de Redacción y el Knight Center for Journalism in the Americas.

Durante el seminario presencial, que se realizó los días 9 y 10 de agosto de 2008 en Bogotá, el periodista a cargo del taller describió la situación actual que enfrentan los medios de comunicación y los reporteros durante la guerra. Sin embargo, la discusión fue más allá intentando resolver si existe posconflicto en Colombia y si están los medios de comunicación a la altura del conflicto.

Durante seis semanas, 60 periodistas de diferentes regiones de Colombia y algunos de otros países hicieron parte del curso virtual cuyo objetivo era dar respuesta a los dilemas éticos que enfrentan los medios de comunicación y los periodistas en medio de la guerra.

Y es que según información de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, Colombia es el segundo país del mundo con mayor número de desplazamientos forzados; además de ser el tercero con el conflicto más antiguo después del que enfrentan India y Pakistán e Israel y Palestina. El Observatorio de Minas de la Vicepresidencia en 2005 afirmó que Colombia superó a Camboya y Afganistán siendo el país con más víctimas de minas antipersona. Por lo que, teniendo en cuenta estas cifras, es innegable la existencia del conflicto armado y por ello se hace necesario para los medios de comunicación comprenderlo para poder informar sobre él de manera responsable.

Medios para la Paz ha considerado de suma importancia compartir con sus abonados a la Red electrónica apartes del curso on-line y de la discusión en el seminario presencial; por lo que en este envío especial se proporcionará información y documentos de consulta que permitan a los periodistas reconocer la complejidad del conflicto colombiano e incluir en la agenda informativa los procesos propios, tanto del conflicto como del posconflicto, dándole a cada uno el lugar y espacio que requieren.